20 enero 2016

DE GUANTE BLANCO: Wilfred

Cuando está a punto de cumplirse un año de su muerte, hoy vamos a recordar a Wilfred, un portero de aspecto bonachón y carácter afable que quedará para siempre en la memoria colectiva de los aficionados del Rayo Vallecano. Fueron sobre todo su cercanía física y social lo que le elevó a la categoría de leyenda en vida en una grada poco dada a venerar ídolos.

Wilfred Agbonavbare nació el 5 de octubre de 1966 en Lagos (Nigeria). Comenzó su carrera profesional en clubes de su país jugando como delantero, hasta que su hermano mayor, que era portero, le dijo un día: "¡Déjate de querer jugar de delantero! Tú triunfarás, pero tu puesto está bajo los palos". Con 16 años debutó con el New Nigeria Bank FC de Benin City, donde ganó una liga nacional (1985) y los campeonatos de 1983 y 1984 de la UFOA Cup (Campeonato de clubes de África Occidental). Posteriormente pasó por el Abiola Babes y estuvo a prueba en el Brentford FC de la Segunda División inglesa, antes de regresar a su país para fichar por el BCC Lions, con los que ganó la Copa de Nigeria de 1989.

En el verano de 1990 viajó a España para hacer pruebas en distintos equipos. Llegó un buen día y se ofreció para entrenarse con la plantilla del Rayo Vallecano, que entonces dirigía Félix Barderas 'Felines'. De no haber sido por su color de piel habría pasado desapercibido hasta para sus propios compañeros. Tras un período de prueba, sólo el técnico empezó a darse cuenta de sus cualidades y pronto recomendó a la directiva que le hicieran un contrato. Una cantidad irrisoria, y el pago del alquiler de un piso modesto en la barriada de Vallecas es lo que le ofrecieron. Bajo el amparo de Felines logró desbancar a Férez y ganarse la titularidad en la meta de Vallecas encajando 35 goles en 32 partidos y en la campaña 1991-92 formó parte del plantel que logró el ascenso a Primera División.

Debutó en la máxima categoría del fútbol español el 5 de septiembre de 1992 ante el Valencia CF en el estadio Luis Casanova. Ese año había llegado al club 'franjirrojo' Toni, el joven olímpico que llegaba con la medalla de oro colgada al cuello. Tras la expulsión del nigeriano en la segunda jornada ante el CD Logroñés, Toni le arrebató la titularidad pero sólo de forma momentánea (durante ocho partidos). Willy creyó a pies juntillas las palabras del nuevo técnico, José Antonio Camacho, cuando llegó al vestuario y aseguró que "aquí la titularidad se gana sudando la camiseta cada día", y regresó a la portería rayista hasta el final de temporada. Ante el Real Madrid cuajó la actuación de su vida. Paró lo que no está escrito, incluso permitiéndose palomitas antológicas. La afición de Vallecas coreaba su nombre mientras él brindaba la victoria al embajador de su país. Esa tarde, Willy entró en la leyenda del fútbol nigeriano porque el encuentro lo retransmitían también para su país.

La marcha de Toni al RCD Español le permitió consolidarse como guardameta titular la temporada 1993-94, en la que el Rayo terminó descendiendo a Segunda División, aunque contó con el beneplácito del público vallecano. La temporada siguiente siguió como portero titular en la categoría de plata y su equipo consiguió el ascenso al finalizar como subcampeón. A pesar de renovar su contrato tras conseguir el ascenso, la temporada 1995-96 (tercera en Primera División) resultó la más complicada para el arquero africano desde su llegada a Vallecas. Tras perderse parte del arranque de temporada por una lesión, Wilfred no consiguió ganarse la confianza del nuevo técnico Marcos Alonso, que había llegado mitad del campeonato. En la segunda vuelta Abel Resino (fichado en el mercado de invierno), relegó a Wilfred al banquillo. Sin embargo, tras el cese de Alonso y la llegada de Fernando Zambrano, el meta nigeriano pudo disputar los últimos tres encuentros ligueros (CP Mérida, Real Zaragoza y Athletic Club) y la decisiva promoción ante el RCD Mallorca, que permitió al Rayo cumplir el objetivo de la permanencia.

En el verano de 1996, tras seis temporadas y habiendo disputado 177 partidos con el conjunto de Vallecas (76 de ellos en Primera), Wilfred fichó por el Écija Balompié, equipo sevillano que acababa de ascender a la Segunda División. En el conjunto 'astigitano' no tuvo un buen comienzo ya que en la primera jornada liguera sufrió la rotura del quinto metacarpiano de su mano izquierda, no pudiendo jugar durante ocho jornadas. Permaneció una temporada en tierras andaluzas, en la que participó en 23 encuentros, pero su contrato no fue renovado al descender de nuevo a la Segunda división B. Con 31 años y al encontrarse sin equipo, regresó a su país natal, donde siguió entrenándose durante un año, hasta que la falta de ofertas le llevó a la retirada definitiva de los terrenos de juego.

Internacional por Nigeria, disputó el Mundial sub-20 de 1983, jugado en México, donde Wilfred actuó en dos partidos ante Brasil y Holanda. Debutó con la selección absoluta cuando apenas tenía 18 años, pero lo que parecía una carrera prometedora defendiendo el escudo de su país se truncó en su tercer partido con el equipo de las 'Súper Águilas'. Los nigerianos sufrieron un duro varapalo ante Togo después de que el guardameta fallara en los cinco goles de aquella dolorosa derrota (5-2), lo que le alejó de la selección de Nigeria durante diez años. Jugó un total de 15 partidos con la selección absoluta. En 1994 salió campeón de la Copa de África disputada en Túnez (interviene en 3 partidos), y ese mismo año también participó en el Mundial de Estados Unidos en 1994, donde alcanzó los octavos de final con las 'Super Águilas', aunque siempre como suplente de Peter Rufai. En 1998, a pesar de estar retirado, fue pre-convocado para disputar el Mundial de Francia, aunque finalmente no entró en la lista definitiva.

Tras su retirada, en las antípodas del estereotipo de futbolista de élite, regresó a España y fijó su residencia en Madrid. Se gastó todo el dinero que ahorró como profesional para ayudar a su mujer, que finalmente falleció al no poder superar un cáncer de mama. Willy se quedó solo, sin ahorros y con los hijos estudiando en Nigeria, por lo que se vio obligado a trabajar como mensajero y mozo de carga para sobrevivir. Ocasionalmente, fue entrenador de porteros en equipos amateurs, como el CD Coslada, allí coincidió con Mariano Martínez (que en la temporada 2014-15 era técnico del Rayo Vallecano B), quien junto a otros amigos y ex compañeros del nigeriano dio la voz de alarma sobre el grave estado de salud en el que se encontraba Wilfred, que murió a causa de un cáncer óseo el 27 de enero de 2015 en el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, donde se encontraba ingresado. La última vez que Wilfred pisó el estadio del Rayo Vallecano fue en abril de 2011, durante las jornadas contra el racismo organizadas por las peñas rayistas, cuando saltó al césped del Estadio de Vallecas en el descanso del partido frente a la Real Sociedad para sentir el último aplauso de su afición.

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