10 julio 2014

Lee Tae-Ho, un tuerto en el Mundial

En el Mundial de Italia'90, la selección de Corea del Sur contaba con un grupo de futbolistas toscos y elementales, donde aparentemente sólo destacaba la figura de Kim Joo-Sung, elegido durante tres años consecutivos (1989, 1990, 1991) como el futbolista más destacado de su continente. Pero en el que nadie se percató fue en el delantero surcoreano Lee Tae–Ho, jugador al que le faltaba el ojo izquierdo y que en su lugar tenía un ojo de cristal.

Pero Lee Tae-Ho, no era un jugador desconocido en el fútbol asiático ni mucho menos, ya que tuvo una dilatada carrera con el Daewoo Royals FC, su club de toda la vida (con el que ganó los títulos ligueros de 1984, 1987 y 1991), además de con el combinado surcoreano, con el que marcó 27 goles en 72 encuentros oficiales, disputando el Mundial sub-20 de 1979, jugado en Japón; los Juegos Olímpicos de Seúl'88; las Copas de Asia de Kuwait'80, Singapur'84 y Qatar'88 (donde 'los Tigres de Asia' quedaron subcampeones al perder con Arabia Saudita en la tanda de penaltis); y los Mundiales de México'86 e Italia'90.

Pero su auténtica historia no comenzó hasta 1988, en un partido de la Korean Super League que Tae-Ho disputaba con su equipo (actual Busan IPark FC). Corría el segundo tiempo cuando un compañero le envió un balón alto que él intentó controlar con la cabeza. Un defensa rival no vio acercarse al delantero y levantó su pie hasta impactar violentamente en el rostro de Lee, enviándolo directamente al hospital. Con 27 años, el delantero surcoreano había perdido la visión en su ojo izquierdo y, un mes más tarde, los médicos le intervenían nuevamente para retirar el globo ocular y reemplazarlo por un ojo de cristal.

Pese a que en un principio pudiera parecer que la carrera de Tae-Ho había llegado a su fin, pronto comenzó a entrenarse con su equipo y ese mismo año el seleccionador Lee Hoe-Taek lo incluyó en la convocatoria para jugar la Copa de Asia de 1988. Además, en 1990, Hoe-Taek lo incluyó en la lista de 22 jugadores para afrontar el Mundial de Italia.

Aquel 12 de junio de 1990, en el Stadio Marc'Antonio Bentegodi de Verona, Lee Tae-Ho hacía historia cuando en el minuto 62 sustituyó a su compañero Noh Soo-Jin en el primer partido contra la selección belga. De esta manera, el jugador surcoreano pasaba a ser el primer jugador con una mutilación facial en disputar un Mundial, y el segundo con una tara física, después del uruguayo Héctor 'El Divino Manco' Castro (campeón con Uruguay en 1930).

Poco después anunció su retirada de la selección y, tras su salida definitiva de los terrenos de juego en 1992, se sacó el título de entrenador y, en 1995, comenzó su carrera en los banquillos, habiendo entrenado, hasta el momento, a la Dong-eui University (en dos ocasiones), Daejeon Citizen FC (también en dos ocasiones), Shinhan High School, Manang Marshyangdi Club (de Nepal) y a la selección de China Taipéi (adscrita a la FIFA desde 1954 bajo el nombre de Taiwán).

09 julio 2014

El año que mis padres se fueron de vacaciones


Título Original: O ano em que meus pais saíram de férias
Año: 2006
Duración: 104 min.
País: Brasil
Director: Cao Hamburger
Guión: Cláudio Galperin, Cao Hamburger, Bráulio Mantovani, Anna Muylaert y Adriana Falcão
Reparto: Michel Joelsas, Germano Haiut, Daniela Piepszyk, Simone Spoladore, Caio Blat, Eduardo Moreira, Paulo Autran, Gabriel Eric Bursztein, Felipe Hanna Braun, Haim Fridman, Liliana Castro, Rodrigo dos Santos
Productora: Gullane Films / Vértigo Films
Género: Drama

En 1970, Brasil y el resto del mundo están revolucionados, en el país sudamericano había un fervor enfermizo por la selección de fútbol, que iba a participar en el mundial de México con jugadores como Pelé, Tostão, Gerson, Rivelino y Jairzinho, y a la vez se sufrían las consecuencias de una cierta represión política contra los ciudadanos contrarios al régimen militar de Emílio Garrastazu Médici.

La vida de Mauro, un joven de 12 años, forofo de la canarinha, da un giro brusco cuando repentinamente sus padres abandonan Belo Horizonte para irse de vacaciones. Con lo que parecen unas prisas desproporcionadas deciden dejar a Mauro en São Paulo con su abuelo. Al llegar al distrito de Bom Retiro sus padres se despiden en la puerta de la casa, sin darse cuenta de que el abuelo acaba de morir. Mauro se queda solo. Le hospedará entonces un vecino, Schlomo, judío, solitario y algo huraño, que a regañadientes acogerá finalmente al niño. Pronto se sabe que sus padres no se han ido de vacaciones, sino que son opositores políticos del gobierno y que han huido de la represión. Con los días, Mauro hará algunas amistades de su edad y se acostumbrará a vivir con su protector, pero siempre con la esperanza de que un día sus padres regresen.

Hamburger nos trae esta gran película (fue elegida para representar a Brasil en los Oscar de 2008) que ofrece una buena ambientación de la vida brasileña de los 70, centrada en lo que acontece en un pequeño barrio, donde los inmigrantes de distintos orígenes étnicos, religiosos y políticos, como italianos, griegos, negros y sobretodo judíos, conviven. La cinta traza una historia con miras a un objetivo ternurista, conmovedor, mucho más encaminado a satisfacer levemente que a provocar

Hamburger muestra los mejores momentos del Mundial de México'70 y, para completar el complejo escenario, está la opresión y la violencia de uno de los momentos más intensos del régimen militar. La cinta nos habla de soledades, de ausencias y de tristeza contenida, pero siempre desde el optimismo, cuando los obstáculos se salvan con la ayuda de la gente que tienes a tu lado. Es cierto que el guión recurre en exceso a las escenas de la revuelta, seguramente porque hace más tangible y real la dictadura, pero durante toda la cinta queda como algo soterrado de lo que Mauro es ajeno.

Pero al final se llega a lo inevitable, a donde todos sabíamos que se iba a llegar. El fútbol no es más que una excusa para Mauro y para todos los protagonistas en general, para no hacer frente a la realidad que los atrapa. Lo importante es que no todo ha sido en vano ya que por mucho que la realidad sea dura como al final se aprecia, el proceso de su descubrimiento es vital y el cóctel descrito en esta película nos enseña que siempre se puede ver el mundo con otros ojos...

02 julio 2014

DE GUANTE BLANCO: Carlos Roa

Si hay una carrera profesional que ha sufrido vuelcos inesperados en la historia del fútbol, esa es la de nuestro protagonista de hoy: paludismo, triunfos deportivos, un año sabático dedicado a la religión y un tumor testicular. Conocido como 'El Lechuga' debido a que no come carnes rojas, Carlos Roa era un portero típico de la escuela argentina, con un estilo ortodoxo pero efectivo. Destacaba por sus grandes reflejos, tenía una gran colocación bajo palos y no se arrugaba en las salidas. Era un especialista parando penaltis, pero sobre todo se le recuerda por abandonar la práctica del fútbol profesional en el punto más alto de su carrera.

Carlos Ángel Roa nació el 15 de agosto de 1969 en Santa Fe (Argentina). Comenzó su carrera en el CA Gimnasia y Esgrima de su ciudad natal, conocido popularmente como Gimnasia de Ciudadela. Jugaba como delantero, pero pronto retrasó su posición hasta la portería, donde comenzó a destacar, llamando la atención de los ojeadores del Racing Club que lo incorporaron a las inferiores de 'La Academia'. Debutó, de la mano de Alfio Basile, en la Primera división argentina el 6 de noviembre de 1988 ante el River Plate, debido a la expulsión de Ubaldo Matildo Fillol. En 1990 sufrió su primer problema grave de salud, cuando se infectó de malaria durante una gira de verano en África. "Allá me agarró el mosquito... Me picaron millones, como a todos, pero me agarré yo la enfermedad. Llegué acá y volaba de fiebre. Te ataca la sangre y se aloja en el hígado, en los vasos. A mí me agarró el más fuerte, el más complicado. Me salvaba o me moría". Roa tardó más de un mes en abandonar el hospital. "El peor momento fue cuando mis padres no lograban en Argentina los tipos de quinina que podían aniquilar el parásito Plasmodium". Toda la delegación de Racing había tomado los medicamentos necesarios para viajar. Todos menos Roa, que por pertenecer a la Iglesia Adventista se habría negado. Meses después de aquel episodio, Roa volvió a jugar y negó que la religión hubiese tenido que ver, contradiciendo al Presidente Juan Destéfano e incluso a su propia madre. 

Tras perder la titularidad en favor de Nacho González, en 1994 fue traspasado al CA Lanús. Allí coincide con Héctor Cúper y vive los años dorados del club, en los que el equipo 'granate' peleó por la liga. 1996 se convertiría en uno de los años más importantes en la historia del club, Lanús afronta simultáneamente el Torneo Apertura y la Copa Conmebol. En el ámbito local, repite la tercera posición en la liga argentina, logrando importantes triunfos contra Boca, San Lorenzo y River. Además para coronar un gran año, el 4 de diciembre se proclama campeón de la Copa Conmebol (torneo precursor de la actual Copa Sudamericana) al derrotar al Santa Fe colombiano, logrando su primer título internacional. La temporada siguiente, en el Torneo Clausura de 1997, marcó su primer gol ante Vélez Sársfield. Fue de penalti, ya que el lanzador habitual, Óscar Mena, había fallado uno en el primer minuto de juego. Curiosamente el gol se lo metió a Chilavert, portero famoso por su faceta goleadora.

Tras tres temporadas y 107 partidos con Lanús, el técnico Héctor Cúper se lo llevó con él (junto a Óscar Mena) a España para jugar en el RCD Mallorca, donde vivió la mejor etapa en la historia del club balear. En su primera temporada en el equipo 'bermellón', finalizaron quintos en la Liga. Además disputaron la final de la Copa del Rey contra el FC Barcelona de Louis Van Gaal. El título se decidió en la tanda de penaltis y aunque Roa detuvo hasta tres lanzamientos (Rivaldo, Celades y Figo) y anotó uno, finalmente los 'azulgranas' se llevaron la Copa. La siguiente temporada, el Mallorca incorporaba a los también argentinos Leo Biagini, Gustavo Siviero y Ariel Ibagaza (estos dos últimos compañeros de Mena y Roa en Lanús). Comenzaban conquistando el primer título oficial de la historia del club, la Supercopa de España (ante el FC Barcelona), además de proclamarse subcampeones de la Recopa de Europa, al perder ante la SS Lazio de Sven-Göran Eriksson. En la Liga, el Mallorca terminó la temporada 1998-99 en tercera posición, la mejor clasificación de su historia y Roa ganó el 'Trofeo Zamora', galardón al portero menos goleado de la competición española.

Mallorca comenzaba a quedarse pequeño, y por él comenzaron a preguntar los mejores equipos de Europa. Se rumoreó que el Manchester United llegó a ofrecerle un astronómico contrato por convertirlo en el sustituto de Schmeichel. Pero Roa ya había tomado la decisión de retirarse a los 29 años y convertirse en pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo día, en el mejor momento de su carrera. Renunciaba a una oferta millonaria, puesto que "hay cosas más importantes que el dinero", al fútbol profesional, al prestigio y al reconocimiento que obtendría en la Premier League y en la Selección y regresaba a su país para dedicarse plenamente a su Iglesia. Sin embargo, en abril de 2000, sólo nueve meses después, Roa anunciaba su regreso al fútbol profesional, poniendo como condición que no disputaría partidos los sábados. "En mi religión, la Adventista, el sábado se dedica a ayudar a los demás, visitar colegios, enfermos...". El Mallorca le obligó a cumplir los dos años de contrato que tenía pendientes, pero nunca recuperó la forma y fue relegado al banquillo como suplente de sus compatriotas Germán Burgos y Leo Franco.

Tras expirar su contrato, en el verano de 2002, César Ferrando lo ficha para jugar con el Albacete Balompié de la Segunda División española. Allí recuperó la titularidad y logró el ascenso a Primera División con el conjunto 'manchego'. Todo parecía ir perfectamente, hasta que a principios de 2004 un tumor testicular lo forzó a abandonar nuevamente los terrenos de juego. Tras la operación tuvo que pasar un año entero con quimioterapia y rehabilitación. El tratamiento médico parecía finalizar con la carrera de Roa, pero en ese período se entrenó en equipos de la Tercera División española, como el CD Constancia de Inca y el Atlético Baleares, antes de retornar a tierras argentinas. "Hice una pretemporada en Córdoba. Todos se quedaron sorprendidos porque me preparé muy duro. No medí las consecuencias lógicas de ocho meses enfermo, con las defensas tan bajas y toda esa historia. Los doctores casi me matan cuando se enteraron que exigí muchísimo el cuerpo".

Tras superar el cáncer, fichó por el Club Olimpo de Bahía Blanca de la Primera División argentina. "La única persona que confió en mí, pese a mi inactividad, fue Jorge Ledo, el presidente de Olimpo. Nunca pensé que iba a volver a jugar en Argentina". Con el conjunto 'aurinegro' jugó el Torneo Apertura de 2005 y el Clausura de 2006, para abandonar, definitivamente, el fútbol al finalizar ese campaña, que se saldó con el descenso a la Primera B Nacional, después de jugarse la promoción ante el CA Belgrano de Córdoba.

Internacional por Argentina, defendió la portería 'albiceleste' en 17 ocasiones. Debutó el 30 de abril de 1997 ante Ecuador en el Monumental de Buenos Aires, partido correspondiente a la clasificación de la zona Conmebol para el Mundial de 1998. Participó en la Copa America de Bolivia'97 donde los pupilos de Daniel Passarella cayeron en los cuartos de final ante Perú. Un año después disputó el Mundial de Francia'98, donde fue titular indiscutible, siendo el héroe de los octavos de final al detener dos penaltis a Inglaterra, uno de ellos (el definitivo) a David Batty.

Tras su retirada de los terrenos de juego se sacó el título de entrenador. En 2008 se incorporó al CA Brown de San Vicente como entrenador de porteros. Posteriormente, en 2010, fue ayudante de Adrián Gorostidi en el CS Sportivo Ben Hur de Rafaela. Desde junio de 2011 a finales de 2012 estuvo en el cuerpo técnico de Matías Almeyda en el River Plate, afrontando el torneo de Primera B Nacional en el cual el conjunto 'millonario' se proclamó campeón y regresó a la Primera División del fútbol argentino. Actualmente, es entrenador de porteros del CA Banfield.