31 octubre 2011

Las roturas fibrilares

Los futbolistas realizan esfuerzos físicos que algunas veces traen asociados algunos tipos de lesiones musculares y la rotura de fibras o rotura fibrilar es una de las lesiones más comunes en la práctica del fútbol.

Se produce tras un estiramiento forzado que da lugar a una elongación excesiva mientras el músculo todavía está algo en contracción y rompe algunas fibras musculares. Si se llega a romper la fascia protectora, hablaremos de rotura muscular e incluso hernia muscular, mucho más grave en estos dos últimos casos. Los músculos más afectados por este tipo de lesión suelen ser: gemelos, tibial anterior, aductor mayor recto anterior y los isquiotibiales. El pronóstico de la evolución puede oscilar entre los 21 días a 2 meses según el tamaño de la lesión.

Los síntomas que se producen es la aparición de un dolor agudo, de aparición súbita. El dolor impedirá el movimiento posterior y hace que el deportista se retire de cualquier competición. Dentro de las horas siguientes puede producirse la aparición de un hematoma por debajo del punto de la lesión. El hematoma siempre existe, se haya hecho o no superficial.

Existen diversos factores que contribuyen a que se produzcan este tipo de lesiones, por ejemplo:
- Músculos sobrecargados o fatigados con incoordinación en la contracción.
- Mala preparación muscular (entrenamiento deficiente o mal calentamiento).
- Desequilibrio muscular entre agonistas y antagonistas.
- Músculos tensos (no permiten alcanzar la máxima amplitud).
- Esfuerzo realizado en ambiente frio (son menos contráctiles).
- Mayor incidencia en músculos biarticulares.
- Edad.
- Abuso de alcohol y tabaco.

Así pues, parece claro que, como prevención para posibles lesiones o recaídas, se deben tener en cuenta varios aspectos antes de realizar cualquier actividad física de forma segura:
- Es muy importante realizar un buen calentamiento previo a cualquier actividad física. La entrada en calor tiene por objeto aumentar la temperatura muscular entre 1 o 2 grados, lo que hace que el músculo esté más flexible previniendo las lesiones. De la misma manera, la vuelta a la calma de una forma continuada contribuye a eliminar los productos de desecho producidos durante el ejercicio. Estirar al finalizar la práctica deportiva evita sobrecargas musculares y mejora la función muscular.
- Los ejercicios de fuerza contribuyen a que los músculos en conjunto trabajen en forma coordinada; si agregamos trabajos de propiocepción se logrará que la dinámica muscular funcione en armonía, evitando lesiones.
- La dieta también cumple un papel importante ya que si el aporte de hidratos de carbono no es el adecuado, la lesión puede aparecer por estar el músculo fatigado al no tener el aporte energético necesario.

Existen tres grados de rotura fibrilar dependiendo del número de fibras afectadas. A continuación, vamos a distinguir y comentar cada una de las tres, así como el tratamiento que se debe realizar en cada uno de lo casos:

Rotura fibrilar de grado 1
Es la más frecuente y corresponde a una rotura microscópica en la que sólo unas fibrillas musculares son lesionadas. Existe hemorragia local y equimosis por debajo del nivel de la lesión. Al ser de tamaño reducido, no suelen ser visibles en la ecografía. El paciente refiere dolor que aparece de forma instantanea al producirse la lesión, habrá impotencia funcional y no podrá terminar la práctica deportiva. Con el reposo disminuye el dolor pero éste se reproduce con la presión o el movimiento. Además, habrá dolor al estiramiento pasivo, y los movimientos pasivos estarán afectados si la lesión es evidente. Existirá dolor a la contracción isométrica, y los movimientos activos y contrarresistidos serán dolorosos. La musculatura estará contracturada por la lesión.

Tratamiento inmediato:  
- Aplicación de frío en la zona de la lesión.
- Vendaje funcional cerrado con vendaje circular (aprox. 5 días).
- Descarga, reposo relativo.
- Elevación del miembro afectado.
- Fase de cicatrización: 10-15 días en roturas parciales.
- Los antiinflamatorios pueden ser utilizados en breves espacios de tiempo.

Tratamiento a partir del 3er día:
- Control de la inflamación.
- Inicio precoz de la actividad.
- Trabajo activo aeróbico.
- Estiramiento activo de forma lenta y progresiva.
- No es recomendable la inmovilización prolongada ni rígida.
- Isométricos.
- Masaje de drenaje.
- Marcha.
- Electroterapia (ultrasonidos, láser, magnetoterápia...).

Tratamiento a partir de una semana:
- Intensificar el trabajo activo.
- Realizar estiramientos.
- Electroestimulación, para recuperar tono muscular.

Rotura fibrilar de grado 2
Cuando existe una solución de continuidad macroscópica de las fibras musculares, pero sin afectar por completo al cuerpo muscular. Con la ecografía se pueden visualizar la lesión muscular y el hematoma acompañante. Si la ruptura es superior al 30% del cuerpo muscular, se ha de plantear intervención quirúrgica.

El tratamiento inmediato es identico en todos los casos de rotura de fibras. En este caso, hay que tener en cuenta que el periodo de recuperación será mayor que en el caso anterior, pero se seguirán los mismos parámetros explicados en el mismo. La vuelta a la actividad física habitual será progesiva según la sensibilidad dolorosa del paciente, advirtiendo de la importancia de realizar un buen calentamiento previo a cualquier actividad.

Rotura de fibras de grado 3
Es la ruptura total del músculo. Se rompen totalmente las fibras, separándose ambos extremos musculares con una retracción de los vientres musculares, que se retraen y se contraen. Cursan con intenso dolor e impotencia funcional completa. Es dolor que no cede, y normalmente suele aumentar. Se produce por movimientos bruscos de gran intensidad, con sensación de desgarramiento. Existe gran tumoración y equimosis. Signo del hachazo. La ecografía es obligatoria en estos casos.

El tratamiento de este tipo de lesiones es siempre quirúrgico, con el fin de no agravar la lesión y para que mediante sutura, se reestablezca la unión de las fibras de ambos cabos del vientre muscular de la forma más exacta posible, para poder evitar así nuevas recaídas de la lesión.

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