02 abril 2011

¿Pero no era la mejor liga del mundo?


El paripé que ha montando la Liga de Fútbol Profesional es totalmente denigrante para el fútbol, ya que ha podido acabar con la Liga parada esta jornada. Finalmente la titular del Juzgado de Primera Instancia número 63 de Madrid decidió adoptar la medida cautelar pedida por el Athletic Club, Real Sociedad, Real Zaragoza, RCD Espanyol, Sevilla FC y Villarreal CF, suspendiendo la eficacia del acuerdo de la Asamblea de la LFP de parar la competición.

Y entre tanto yo me pregunto... ¿pero no era esta la mejor Liga del mundo? Qué vergüenza. La actitud de los clubes que quieren parar ahora me parece inadmisible y denunciable. A estas alturas de la temporada, no se puede estar chantajeando a los aficionados. De hecho, esta actitud me parece una falta de respeto a los profesionales del fútbol y a los que pagan y consumen el producto, los seguidores y socios de los clubes.

Resulta que en la Premier League inglesa se sabe desde el momento del sorteo, allá en el mes de junio o julio, que día y a que hora se jugarán todos los partidos, y aquí seguimos dirigiendo a 'la española', sin saber si un equipo juega en sábado o en domingo, sin saber por qué canal de televisión lo darán y encima ahora se nos amenaza con un parón para intentar cargarse el fútbol en abierto y sacar unos cuantos millones más. Esto es algo que bien podría en convertirse en una máxima de nuestro fútbol, unos tipos especialistas en quemar millones y millones, y es que como decía recientemente Alfredo Relaño, actual director del diario deportivo As, a raíz de este asunto, que "los clubes, ganen lo que ganen, siempre se gastarán un 20% más".

Desde el punto de vista de aficionado, yo estoy en contra de quitar el fútbol en abierto, y más con la que está cayendo a nivel económico. Pero en cualquier caso, si los clubes deciden pedir que se acabe con el fútbol gratis, que lo planteen cuando acabe la presente temporada y que amenacen con no empezar la próxima (2011-12) hasta que no esté el tema arreglado.

En resumen, líos y más líos que no conducen a nada bueno, una bomba de relojería que no tardará en explotarnos en las manos y que, en el fondo, no son más que la consecuencia de una gestión lamentable y penosa de la LFP, de José Luis Astiazarán, su presidente, y del secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky.

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